La iglesia, que se ha convertido en una curiosidad del patrimonio regional, ha sido objeto de dos "eventos"
En primer lugar, una renovación completa de la pintura interior con la audaz elección de tres colores que evocan tres virtudes teológicas: rojo (Caridad), verde (Esperanza) y azul (Fe). Estos colores, sorprendentes a primera vista, resaltan la elegancia de los altos pilares, los arcos de las bóvedas y las vidrieras.
En segundo lugar, la creación por parte de un reconocido artista local, François Peltier, de un Vía Crucis basado en el arte contemporáneo. Esta obra, original y única en Aquitania, reproduce, con relieves y figuras expresivas, las catorce estaciones.
En primer lugar, una renovación completa de la pintura interior con la audaz elección de tres colores que evocan tres virtudes teológicas: rojo (Caridad), verde (Esperanza) y azul (Fe). Estos colores, sorprendentes a primera vista, resaltan la elegancia de los altos pilares, los arcos de las bóvedas y las vidrieras.
En segundo lugar, la creación por parte de un reconocido artista local, François Peltier, de un Vía Crucis basado en el arte contemporáneo. Esta obra, original y única en Aquitania, reproduce, con relieves y figuras expresivas, las catorce estaciones.
